La agricultura de precisión está ganando presencia entre los cultivos más delicados y desafiantes. Y la viticultura, muy relacionada con el progreso de las estaciones y las variaciones de las temperaturas, es un ejemplo de ello.
La viticultura de precisión busca maximizar el potencial enológico de los viñedos, adaptándose a condiciones extremas, para obtener un estándar de calidad y aumentar la productividad de los cultivos.
Los expertos verifican que los factores más influyentes para el crecimiento correcto de las uvas son la temperatura y el estrés hidrológico. Las fuertes lluvias, las altas temperaturas y los períodos de sequía prolongados son fenómenos meteorológicos muy nocivos.
En este proceso de adaptación a las nuevas condiciones climáticas, varias empresas vitivinícolas están redefiniendo su estrategia, implementando sensores en sus campos. Al conocer las condiciones que afectan al crecimiento de las viñas, los enólogos pueden calibrar los diferentes parámetros que dan carácter y calidad al vino.
Gracias a los sensores IoT se pueden monitorizar suelos y cultivos, y recoger la información ambiental, a través de la temperatura, humedad, radiación, luminosidad, temperatura del suelo, u otros datos útiles, obteniendo gráficas detalladas, y alarmas que te avisarán de posibles enfermedades en tus plantas. Así como gráficas detalladas de cualquier dato que sea útil y exportarlos a otros formatos, como excel, pdf o jpg. Incluso históricos donde podrás estudiar los procesos de evolución de los cultivos, predecir la oferta, programar la recolección y adaptar los precios.