Una de las principales aplicaciones del IoT es la posibilidad de dotar de inteligencia a las infraestructuras y obtener información de estos dispositivos hiperconectados, lo que ayuda a comunicar a los puestos de responsabilidad o de decisión estratégica el estado de las infraestructuras.
Gracias al mantenimiento predictivo, posibilitado por los dispositivos IoT, las empresas pueden estar siempre en posesión de toda la información necesaria para evitar accidentes de cualquier tipo. En el caso de que surja cualquier tipo de falla que pueda poner en riesgo las personas, los sistemas IoT pueden detectar y activar una alarma para advertir de ello. Además, la sensorización también permite obtener información de las potenciales fallas para tomar medidas y que no vuelvan a suceder, teniendo esto una gran relación con el mantenimiento predictivo. Algunas empresas equipan a sus empleados con wearables que avisan a los usuarios cuando dejan de trabajar en condiciones o entornos seguros.