Iluminación inteligente

Lo cierto es que la iluminación inteligente es mucho más práctica y conveniente cuando cuentas con un sistema de control por voz, como Alexa o Google Home. Por eso es una buena idea combinarlos con el parlante inteligente Echo de Alexa o Google Nest y además podrás controlar tu música, las luces, la temperatura y todos tus dispositivos a través de la voz. Con solo estas dos herramientas, te acercarás un poco a la domótica inteligente.

¿Qué dispositivos inteligentes hay para encender y apagar luces?

Para poder encender y apagar las luces puedes instalar relés, enchufes o lámparas inalámbricas.

Los relés inalámbricos instalados en las cajas de registro, son la forma más conveniente, ya que aprovechas todos los interruptores y bombillas que ya tienes. Pero ahora con estos relés wifi o zigbee, podrás apagar o encender con tu voz. Sin interferir con los interruptores existentes.

En el caso de lámparas de pie o de sobremesa, dispones de enchufes inteligentes. Y por último, otra forma es utilizar portalámparas o lámparas Wi-fi. Los inconvenientes, en este caso, además del coste de cada lámpara inteligente, es que si se apaga el interruptor, este dispositivo dejará de funcionar.

ventajas de la iluminación inteligente

Flexibilidad: La iluminación inteligente permite adaptarse a cualquier dispositivo sin interferir con los tradicionales interruptores.

Ambientación: Un uso adecuado de la iluminación inteligente proporciona y crea espacios y ambientes distintos.

Eficiencia y ahorro: Una de las ventajas de la iluminación inteligente es el ahorro.

Programación: Para que la iluminación por ejemplo, responda en un determinado horario, o en una determinada situación.

Confort: Olvídate de los interruptores, apaga o enciende desde un sistema de control de voz o desde tu móvil o tablet.

Seguridad: La iluminación inteligente brinda seguridad en oficinas o viviendas, al detectar anomalías, las luces pueden ayudar a realizar una alarma visual desde el exterior haciendo parpadeos. Además se puede programar para simular que hay alguien dentro y así evitar intrusos.